28/12/13

EL 2013 LITERARIO MEXICANO

¿Qué significó el 2013 literario mexicano?

Si hay un nuevo protagonista es Juan Villoro, que institucionalmente ha sido colocado como la estafeta del intelectual mexicano protagónico, después de Paz, Fuentes y Monsiváis. Jorge Volpi (ahora) resuena cerca y Enrique Krauze es la sombra paceana sobreviviente.


Entre los escritores vivos consagrados hay tres figuras insistentes: Mario Bellatin, Élmer Mendoza y Guillermo Fadanelli. Pero la crítica señala menos entusiasmo por ellos que por los sucesores.

Las tendencias son claras. En poesía, Luis Felipe Fabre es considerado el mejor poeta mexicano nacido en los 1970. Fabre es repetidamente señalado como el nuevo portavoz de la tradición poética nacional mexicana.

En narrativa, los críticos llevan años coincidiendo en que las voces determinantes son Cristina Rivera Garza y Álvaro Enrigue, Valeria Luiselli y Antonio Ortuño, Yuri Herrera y Julián Herbert, Guadalupe Nettel y Alberto Chimal, Carlos Velázquez y Daniel Espartaco, Tryno Maldonado y Daniel Krauze. 

En la crítica, el autor que se colocó en los últimos años al centro fue Ignacio Sánchez Prado —ensayista nacional y académico mexicanista en Estados Unidos— cuya posición indica que será colocado como autoridad nuclear de su generación (nació en 1979). Otra referencia frecuente es Geney Beltrán Félix.

Otras autorías que recurrentemente aparecen en listas y menciones son, por ejemplo, Xavier Velasco, Luigi Amara, Rogelio Guedea, Luis Jorge Boone, Luis Vicente de Aguinaga, David Miklos y Rafael Lemus.

En el terreno de la academia (literaria) mexicanista dos nombres que aparecieron una y otra vez fueron José Ramón Ruisánchez y Oswaldo Zavala.

En crítica de arte, indudablemente, la nueva firma más influyente y discutida es Avelina Lésper, cuya posición anti-arte contemporáneo ha sido sistemática.

La institución de gobierno fundamental para la mayoría de los nombres anteriores ha sido el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, hoy al servicio de Peña Nieto.

Las revistas culturales mexicanas hegemónicas siguen siendo Letras Libres y Nexos.

Si hay tres editoriales que en el 2013 se reiteran como aquellas cuyas novedades mexicanas hay que adquirir son Anagrama, Sexto Piso y Almadía y, definitivamente, las llamadas editoriales independientes desplazaron a las transnacionales como referentes.

Los suplementos que en el 2013 influyen en el medio literario son Laberinto (de Milenio), el reaparecido Confabulario (de El Universal) y, algo rezagado, La Jornada Semanal (de La Jornada).

No elaboro esta lista a partir de mis gustos literarios; sencillamente quiero informar a los lectores de referencias regulares que la crítica, medios, instituciones de gobierno y empresas culturales consolidaron en el 2013 como representantivas.

En el 2013 ya hay un claro pre-canon. Anoto aquí los nombres.

22/12/13

LO MEJOR DEL 2013


* MEJORES LIBROS DEL 2013 (MEXICO)
Los mejores 20 libros mexicanos del 2013: Según Sopitas
Los más leídos por los mexicanos en 2013: Publimetro
Recomendaciones librescas 2013: Adriana Olvera
Las lecturas (nacionales e internacionales) de Braulio Peralta 2013 y su segunda parte
Las listas de tres editores (A. Ruy Sánchez, R. Villarreal y F. García Ramírez): Literal
Los más vendidos por librería Gandhi: Top 25
El Top Ten de Mónica Maristáin.
Doce libros favoritos de Alberto Chimal
Recuento de libros sampleados.com
Lista de diario La Razón
Los libros 2013 según David Ruano González
Los libros 2013 según Mijail Lamas
Top Ten según Playboy
La mejor narrativa (y ensayo) según Vicente Alfonso
La lista de Sergio González Rodríguez: Reforma
La lista de Julio Ortega publicada en Milenio


ESTADOS (Mexico)
Nuevo León (escritores nacidos en NL, varias épocas): NL

* OPERA Y DANZA
La ópera y la danza que marcaron el 2013: El Universal

MUSICA
Lista de Nexos: Hugo García Michel
La lista en Pijamasurf (Javier Barros)

* CINE MEXICANO
Las mejores 10 películas mexicanas del 2013: Top ten mexicano (Ernesto Diezmartinez)
Las mejores películas que vi en el 2013: Arturo Pérez Navarro
La lista de película en Pijamasurf (por Psicanzuelo)

* SUDAMERICA
Los libros del añ0 2013: Revista Eñe (Argentina)
Lista de Paniko (Colombia): Personajes y libros 2013
La lista de revista Tendencia (Venezuela)
Los mejores según Página 12 (Argentina)


* LIBROS (ESPAÑA)
Los 7 mejores  (El País en Aristegui)
Lista completa de El País (por género)

Los mejores libros editados en España: Estandarte
Narradores que llegaron para quedarse: click
Los mejores 10 según ABC
La lista de Vila-Matas Top-ten de escritor

* LIBROS (ESTADOS UNIDOS)
Según The Volta (esta lista me gusta) / Poesía
La lista del New York Times (en Libropatas o Aristegui)
La lista de New Yorker: click
Los 20 mejores según Publishers Weekly
Los mejores según Poetry Foundation (elegidos por el staff)
Según Vice
Según Johannes Goransson en Poetry Foundation: Felicidades a Dolores Dorantes!

* ARTE
Las mejores exhibiciones del 2013 según Art Forum

¿Tienes curiosidad qué se dijo en el 2012? Aquí aquellas listas, ¿cuáles sobrevivieron?: Listas del 2012

Mándame link de otras listas (lectores, escritores, blogueros, etc) para agregarlas; vía email: heribertoyepez@gmail.com o en twitter: @heriberto_yepez


20/12/13

LA HOMENAJITIS

A lo largo de este año he seguido con atención una serie interminable de homenajes que instituciones de gobierno han rendido a figuras culturales mexicanas. ¿Para qué tanta homenajitis nacional?

La homenajitis obedece a varias razones. Enumeraré algunas.

No se puede comprender la homenajitis sin recordar que, en general, gobierno, empresas y sociedad conservadora dependen de aseverar que no debemos abandonar La Tradición.

Un motivo poderoso para que Bellas Artes, Conaculta y decenas de institutos culturales mantengan un calendario permanente, obsesivo, de homenajes, es que homenajear a un escritor o artista lo estatiza. Un homenaje es un acto de oficialización.

El homenaje equipara poeta y diputado.

El gobierno encarceló a José Revueltas por izquierdista, pero una vez difunto, un gobierno de derecha puede homenajearlo, intentar así —quizá exitosamente— desdibujar o anular la índole crítica de su obra.

Y en un caso como Octavio Paz, escritor literariamente notable e intelectual que terminó alineado con el PRI —lo cual muchos desean no saber— la homenajitis que le espera en el 2014 —centenario de su natalicio— dañará su futuro.

En esos homenajes toda clase de oportunistas, funcionarios, superestrellas  y epígonos serán pagados, utilizados y beneficiados por la fiesta oficial.

Gracias a la homenajitis muchos miembros del gobierno y agentes culturales mejoran su imagen asociándose a figuras prominentes del pasado. Los homenajes se realizan gracias a redes de oportunismo.

Lo que el sistema escolar, los medios y las instituciones informan a la población no es suficiente para que muchos se percaten que la homenajitis abusa de la figura viva o muerta y, a largo plazo, la perjudica, asociándola con un sistema corrupto.

Otro factor: muchas personas reciben dinero en los homenajes.

La homenajitis cultural mexicana es una forma de integrar a los disidentes y destruir su oposición y, en el caso de quienes en vida fueron oficialistas o semi–oficialistas es una forma de cobrarles, y premiar la sumisión de sus herederos.

En el contexto cultural más amplio, la homenajitis sirve para mantener un clima de conservadurismo —Oh, La Tradición; Oh, El Pasado Grandioso— y quitar atención a la oposición (mayoritaria o excepcional) y, por ende, desdeñar el descontento social actual.

En el contexto mexicano, un homenaje tiene dos efectos inmediatos: 1) invitar a la población a idealizar una figura cultural y 2) asimilar gubernamentalmente un tótem, comprar a sus seguidores, apropiarse del mito.

La homenajitis es una de las tendencias más nocivas para la transformación que México necesita. Intelectuales y funcionarios no dirán que la homenajitis los mantiene en el poder.

La homenajitis es la firma —invisible e indeleble— que avala sus cheques, sus posiciones de lujo hoy y su destino de piedra, mañana.


13/12/13

LEMUS ABANDONA PACTO CON LETRAS LIBRES

Rafael Lemus denuncia que Letras Libres está “ocupada en censurar toda práctica de izquierda”. Pero si hubo una nueva práctica de ese grupo en el último lustro fue declararse de izquierda.

PhotobucketEnrique Krauze, director de la revista, dijo: “El camino debe venir de la izquierda” (Reforma, 21/3/2010). Su hijo, León Krauze, quizá fue el primer colaborador joven en anunciarlo: “Soy, pues, un hombre de izquierda. Y en México soy un huérfano político” (Milenio, 9/12/2009).

Uno de los legados de Ebrard fue hacer posible a una generación de intelectuales mexicanos decir que él y ellos eran de izquierda. El proceso viene desde el “liberalismo social” de Salinas.

Este 5 de diciembre, Rafael Lemus se declaró de izquierda. Lo hizo en carta abierta a E. Krauze para renunciar al consejo de Letras Libres y denunciarlo públicamente por censura.

El término es vago. Pareciera que Lemus dice que Letras Libres reprueba (censura) toda manifestación política o cultural de izquierda.

Pero líneas abajo acusa a Krauze de algo más: “Se me ha dicho que puedo expresar mi disenso —siempre y cuando no sea radical”.

Para los historiadores, esta carta es un documento que confiesa cómo se autocensuraba el grupo paceano.

Obviamente, en su carta Lemus omite recordar que por más de un centenar de colaboraciones y más de una década en Letras Libres, aceptó tal censura.

En la primera década del siglo, Lemus fue el vocero oficial joven de la crítica reaccionaria nacional. Por más de un decenio, usó su foro en Letras Libres para elogiar la estética hegemónica y censurar manifestaciones que la rebasaban.

Todo un acervo de artículos, reseñas, podcasts, etc., lo documenta.

¿Qué sucede hoy? Lemus abandona el barco que lo fabricó intelectualmente porque ese barco intelectualmente se hunde.

El grupo paceano está en crisis interna. Los miembros menos comprometidos con el viejo legado (y suficientemente ya capitalizados) hacen maletas.

La carta de Lemus es una cortina de humo para atribuir a Krauze lo que durante muchos años Lemus aceptó, incluidas la “censura” y las “cruzadas” contra los opositores de ese sistema.

Por muchos años, Lemus aceptó las reglas del juego: derechismo político y estético.

Una parte de la opinión ciudadana rebasó esa línea, la crisis interna creció y Lemus ahora busca otro puesto político, dice, en la “izquierda”.

La carta nos permite conocer directamente el contrato ideológico que mantuvo un colaborador duradero de Letras Libres con el sistema que lo fabricó y el modo en que busca conservarse diciéndose ya-no-conservador.

Lemus nos muestra que el intelectual ex-paceano teme que su sistema se caiga.

Leyendo los signos de los tiempos, ese intelectual se deslinda de su propia historia, de su propio génesis.

Como neo-progresista oficial, Lemus apuesta por un viejo par de valores: solapamiento gremial y desmemoria general.

7/12/13

LA CULTURA EN EL PRIMER AÑO DE EPN

Ha transcurrido el primer año del sexenio de Peña Nieto. Ya Salvador Novo esclareció que la cultura “alta” mexicana obedece a sexenios. ¿Cómo fue este primer año de Peña Nieto para esa cultura alta?

Las culturas populares mexicanas obedecen a procesos largos, regionales y mediáticos. Las culturas altas, de élite —como la academia, el periodismo, la literatura o las bellas artes—, en cambio, mantienen una estrecha relación con el gobierno en turno. Esto no lo aceptarán. Pero así es.

La estructura alta–cultural fue cuidadosamente diseñada por el PRI para depender económica y simbólicamente del gobierno. Programas gubernamentales y empresas influyen poderosamente en medios, letras, ciencias y artes.

Cuando Rafael Tovar y de Teresa recobró el cargo de presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), que fungió con Salinas y Zedillo, y le fue devuelto por Peña Nieto, el mensaje fue claro: reinstalar un sistema cultural priista.

Ya pasó un año del regreso del PRI. La cultura alta tiene ya un perfil. Como era de esperarse, la intelectualidad bajó (aún más) su nivel de crítica.

Si seguimos sus intervenciones en prensa e Internet, opinión mediática diversa y obras, es claro que los grupos intelectuales aceptaron las reglas del juego: callar, elogiar, simular, solapar, agacharse.

Las calles del país discrepan. Sur, centro, norte del país están en constante agitación desde los espacios públicos hasta las redes sociales. Si, como historiadores, hacemos un recuento analítico, estos años han sido de gran descontento popular.

Protestas, movilizaciones y todo tipo de explosiones urbanas y rurales no cesan de aparecer. La sociedad no está conforme. El bajo nivel de aprobación de Peña Nieto lo muestra.

Este descontento social contrasta con la conformidad de muchos periodistas, profesionales de opinión firmada, creadores e intelectuales, que parecen genéricamente felices del Re–PRI.

El discurso en las televisoras es aún más acrítico que con Fox y Calderón, que es mucho decir.

En grupos intelectuales, el escenario es peor. Pensemos, por ejemplo, en el principal órgano pro–oficial de la alta–intelectualidad, la revista Letras Libres, que en el periodo reciente pasó de ser una serie de prosistas estilistas convencionales a una serie de prosistas superficiales equis. Paz mismo, que murió priista, estaría enojado.

La intelectualidad mexicana oficial se ha mostrado incapaz de mantener una mínima actitud crítica ante el retorno del PRI, acaso porque le congratula y beneficia.

El balance del primer año alto–cultural de Peña Nieto le es favorable: mientras las calles hierven, la cultura alta se pavonea; mientras la sociedad civil protesta y reclama, la intelectualidad —muy de pie— aplaude.