31/1/15

ULTIMO MOMENTO DE BENJAMIN Y FOUCAULT

"Archivo Hache" es mi columna semanal en el suplemento cultural Laberinto del diario mexicano Milenio. La siguiente columna se publicó el 30 de enero del 2015.


Último momento de Benjamin y Foucault

Hemos vivido una época teórica que se define por su fascinación por Walter Benjamin y Michel Foucault, los dos pensadores más influyentes (y citados) de este periodo. ¿Qué significa su prestigio?

Su semejanza no es obvia. Benjamin murió sin mucho reconocimiento público (murió arrastrando sus escritos en una frontera de la segunda guerra mundial) mientras que Foucault gozó de un estrellato sólo superado por Derrida (y hoy Zizek).

Benjamin escribió una disertación más bien fallida (que hoy es un clásico); Foucault, en cambio, fue una estrella académica.

Benjamin escribió ensayos sueltos, esotéricos, caóticos, fulminantes, personales o periodísticos; Foucault, más bien preparó volúmenes densos, impersonales, arqueológicos, historiográficos.

Las semejanzas, empero, son finalmente evidentes: ambos buscaron explicar la particularidad de nuestra época. Fueron filósofos que no quieren ya serlo. Son teoría.

En Benjamin, Dios está a la sombra, flotando a modo de espectral mesías golpeado por la Historia; en Foucault, Dios está ausente, aunque la figura del loco lo clama, muy disimuladamente.

Su popularidad se debe a que buscan explicar una época que posee ciencias duras pero no suficientes saberes acerca del hombre, ese naufragio.

Ambos pensadores, por otra parte, alimentan muy bien las necesidades del nuevo experto post-filosófico dominante: el académico, que puede usarlos debido a su amplitud de temáticas y la ausencia de soluciones fijas. 

Son pensadores sin certezas pétreas. Son hombres de las tentativas. Son palabras que pueden dialogar con Estados Unidos.

Y los dos (secretamente) satisfacen la nostalgia del arte prosístico. 

No hay mayor artista del ensayo que Benjamin. Sólo Borges lo supera. Pero Borges buscó el estilo, mientras que Benjamin aún buscó la verdad. 

Y Foucault deseó establecer el orden de lo sucedido, la explicación macrotemporal, el largo proceso de cada evento, mediante una serie de figuras que destilan gusto estético sin tener que declararlo.

La popularidad de ambos tiene mucho qué ver con su carácter de artistas.

Su contemporaneidad es indiscutible dedicaron su obra a lo actualy, a la vez, ambos son figuras retro, que recuerdan la elegancia del varón dedicado a la reflexión suficientemente distante de lo efímero del siglo XX. 

Son una crisis convencida de resolverse en un archivo.

Son personajes que atraviesan la cuerda floja meditando.

La popularidad de Benjamin y Foucault no sólo se debe a su apabullante inteligencia sino a que son seres del umbral: ultramodernos y, a la vez, protagonistas de una próxima despedida, aquella del hombre buscando bellamente la verdad.

Cuando Benjamin y Foucault sean sustituidos sabremos que un ideal se ha ido. 

Sabremos (quizá) que se ha ido el escultórico anhelo de la belleza abrazada a la verdad.

La prosa (aún) desea permanecer. Los medios le otorgarán desaparecer.



25/1/15

AGRADECIMIENTOS

Este fin de semana este blog llegó a las 200 000 visitas.

El blog fue abierto el 4 de mayo del 2012 y está dedicado a re-publicar mis columnas semanales en el suplemento Laberinto.

¡Muchas gracias por estas visitas!

Lo mejor para su 2015.

24/1/15

INTERNET IS NEXT!

"Archivo Hache" es mi columna semanal en el suplemento cultural Laberinto del diario mexicano Milenio. La siguiente columna se publicó el 24 de enero del 2015

INTERNET IS NEXT!

Los escritores literarios desaparecerán. Aquellos que escriben en pos de obras maestras, literatura, arte verbal y el libro. No lo lamentarán demasiado: el escritor moderno —desde Baudelaire— disfruta desaparecer. 

Odia y ama la Modernidad y, como Gorostiza, goza desbarrancarse con ella.

Existen ya varias señales de la interrupción de la posibilidad literaria.

La condición necesaria para la existencia de literatura —lo subrayaron Cervantes, Flaubert y Borges— es el lector literario. Ya en extinción.

El lector literario reconocía géneros, sus artificios. En el lector electrónico, en cambio, no funcionan las reglas de los distintos géneros; los lectores virtuales colapsan todos los géneros.

Emergió una forma de escritura sustentada por la reality: el consenso sensorial de que lo aparecido en la pantalla es una descripción suficiente de lo Real.

Supongamos que un escritor (todavía) literario publica una novela en primera persona con una historia ubicada en el presente; el lector literario tiende a separar al yo-escritural del autor; el lector electrónico, a identificarlos. Internet es “Confesión”.

Fueron las redes sociales. Imaginemos que un diario personal en 1983 y su lector. Para reconocer esos textos como biográficos había necesidad de traducir lo escrito mediante la “imaginación” y “memoria”. Traducir de lo verbal en papel a lo visual mental.

Esta operación es innecesaria en redes sociales. 

E imaginemos un silencioso álbum fotográfico y una persona que lo abre y recorre. ¿Qué facultad mental, qué tecnología interna, debía usar para entender esa narrativa? Una tecnología casi obsoleta para los usuarios de redes sociales, en donde diario y álbum ya se fusionaron en una plataforma que inutiliza todo lo que no sea retrato. 

En redes los multi-micro-textos e imágenes detallan la vida “personal”: sentimientos momentáneos, comidas photoshopeadas, selfie-fiestas, etc. En Internet no son demasiado relevantes la memoria o la imaginación modernas. Es necesaria la reality. 

El gran triunfo de Facebook es lograr que todo —desde un libro hasta la geopolítica— sea leído como post: opinión personal (opcional). Fuera de Facebook todo es link.

Al lector en línea (promedio) le falta distancia del texto y la imagen. Ese es su gran defecto: su credulidad mediática (todo lo cree inmediato) y, sobre todo, su credulidad del “yo”. 

Todo lo que se sube es “yo” y todo lo que se lee es leído como un “yo”. El ego-centrismo es el principio masivo de la lógica narrativa de Internet.

Ese principio masivo ha aniquilado —al menos para esta época— la posibilidad de la lectura literaria. 

No lloremos esa muerte. Tiene zombies. Tiene retros.

Mucho menos, demos like al lector electrónico. Durará mucho menos.

Si vamos a ir hasta el final, vayamos, destruyamos ahora Internet.

17/1/15

HOULLEBECQ ES CHARLIE OCCIDENTE

* * * He añadido un link a un texto y un video al final de este texto.

Publicado el 17 de enero del 2015 en el suplemento cultural Laberinto del diario mexicano Milenio.

HOULLEBECQ ES CHARLIE OCCIDENTE


Burlarse del dominante es osado; burlarse de los condenados de la tierra, miseria. En su contexto real, la extensa campaña de Michel Houllebecq y Charlie Hebdo contra los musulmanes es belicosa, derechismo disfrazado y pop-porno eurocéntrico contra los migrantes discriminados en Francia, cuyas culturas han sido hazmerreír durante siglos.

El Islam está más harto de Occidente que Occidente mismo. Sus extremistas están dispuestos a matar y morir por defender su forma de vida, animalizada por Occidente.

La “libertad de expresión” es inferior a la lucidez. Las caricaturas de Charlie Hebdo (que no son pocas) involucradas en los ataques en París no sólo son estéticamente convencionales (pastiches) sino que buscan ofender grotescamente a la religión de migrantes inferiorizados vía clichés que engordan la idiotez de una sociedad que muchos de sus intelectuales —de Bataille a Foucault— han denunciado como represiva. 

Houllebecq es un buen ironista ortodoxo, no un gran novelista (nada ha descubierto sobre el ser humano); en cambio, su obra abusa de prejuicios y frases absolutistas que estetizan el ego del cretinismo occidental alfabetizado. Houllebecq, además, es una copia francesa de literatura norteamericana de hace cuatro décadas.

Desde Thatcher y Reagan, Occidente fantasea que ser reaccionario es ultra-cool. Querer ser un neo-con(servador) “políticamente incorrecto” es mainstream, chingón & sexy. Mucha magazinería mundial vive de Derecha-Chic.

La islamofobia de Houllebecq y Charlie Hebdo es bullying de una civilización contra otra. Su xenofobia y hociconería se ampara en la “libertad de expresión” que cree que todo mundo tiene que aguantar su humor (pseudo) hitleriano. 

Los ataques en París son secuela de muchos años de represión policíaca contra los migrantes musulmanes marginados en París y de larga historia de violencia colonial francesa. 

Occidente es una civilización de muerte, la gran genocida. En 2014 mostró, en Europa y América, su disposición a reprimir sus propias calles e Internet y ha iniciado el 2015 distrayendo la atención de este hiper-control caricaturizando “monstruos” externos. 

Jugada perfecta, en cuestión de unas semanas Occidente pasó de ser el centro de la represión a ser el Capitán de la Libertad de Expresión.

Primero la agresión de Sony-Obama contra Corea del Norte mediante una película boba que explota la cabeza del líder norcoreano y una ridícula indignación por la reacción.

Luego la campaña islamofóbica antes y después de los ataques en París.

Occidente es el perfecto terrorismo.

Houllebecq ha decidido convertirse en su novelista ultra-reaccionario-cool y Charlie Hebdo en su bullying visual. Ambos son Freedom Fries

La gente cree que es libre porque se “expresa” (antes de pensar). Pero la libertad de expresión sólo debe ser ejercida después (no antes) de cultivar la profundidad. 

Houllebecq simboliza la decadencia de Occidente.




POSDATA: Hoy apareció también este texto de Boaventura de Sousa Santos. Recomiendo leerlo: click




10/1/15

PREDICCIONES DEL 2015 CULTURAL

Publicado el sábado 10 de enero del 2015 en el suplemento Laberinto del diario Milenio (México).


PREDICCIONES DEL 2015 CULTURAL

¡Estas son las predicciones sobre el 2015 cultural! Comencemos…

Antes del fin del primer trimestre del año ocurrirá la muerte de los últimos seis escritores latinoamericanos verdaderos que quedan. La identidad de estos seis escritores, empero, se mantendrá incógnita debido a que los últimos tres críticos literarios verdaderos que quedaban han muerto hace ya mucho tiempo.

Entrado el año se difundirá la noticia de la muerte (no fechada con exactitud) del Subcomandante Marcos. El presidente tuiteará estar “consternado” por la “muerte de un Gran Representante de la lucha libre mexicana” y ordenará el debido manejo de sus cenizas con Altos Hornos, perdón, Altos Honores, del Ejército y, por otro lado, la edición de sus Obras Completas (con Capucha Negra de Lujo). 

Por esas mismas fechas será filtrado en Internet un documento clasificado que probará el apoyo de la CIA a Kenneth Goldsmith. A nadie sorprenderá esta revelación y el propio Goldsmith declarará sentirse aliviado. “Trabajar para la CIA es lo representativo del siglo XXI. Ser un agente encubierto —incluso para ti mismo— es lo nuevo, es lo de hoy”, sentenciará. E inmediatamente después, como ya nos tiene acostumbrados, recordará a Warhol. 

En materia de tendencias, por octavo año consecutivo, la “autoficción” desplazará a la llamada novela posmoderna. Lo más innovador de este pase de estafeta es que aunque la autoficción es el género del futuro ninguno de esos libros llegará al futuro —¡en sí mismo un inédito fenómeno vanguardista!— y se citará como la mejor autoficción En busca del cuestionario perdido de Proust.

Hablando de apropiacionitis y Procrasti-Nación, el 2015 será también el año de consolidación del Zombie Book, es decir, del retorno maléfico del libro después de la muerte del libro, que nadie lee, se parece al difunto (es su retro-edición) y sirve para coleccionar y compartir a modo de link. 

Junto al boom del Zombie Book, en el 2015 los que antes se llamaban “lectores” pasarán a ser conocidos (para mayor precisión) como book-bots (o biblio-bots) que se caracterizan por interactuar de modo relativamente texto-coherente con los Zombie Books.

En lo tocante al mundo académico, 2015 será, como todos los años anteriores, un año en que todo lo que hará la academia no saldrá de la academia.

Por último, hacia noviembre o diciembre próximos aparecerá un estudio de la ONU que mostrará que los habitantes de Naftamérica no pueden imaginar nada demasiado diferente a la realidad consensual, pues cuando se conseguía que fantasearan el 95% reportó personajes o escenas de Hollywood, YouPorn o Selfie-Land; mientras el 5% restante reportó imágenes demasiado pixealadas.

2015 pasará a Google como el año en que virtualmente se despejó la sospecha de que alguna vez existió la imaginación. 

3/1/15

LOS 43 Y EL 2014 VISUAL

Publicado el sábado 3 de enero del 2015 en el suplemento cultural Laberinto de Milenio.

LOS 43 Y EL 2014 VISUAL

En términos de artes visuales en México, el 2014 dejó un interesante archivo de imágenes que documentan este momento: la apropiación, variación y circulación de las caras de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.


La iniciativa #IlustradoresConAyotzinapa surge, según la convocatoria, para “humanizar a los desaparecidos, esos 43 jóvenes que no son una cifra, sino personas”. 


La iniciativa de arte de protesta es lo más interesante que las artes visuales en México dejaron este 2014. Reflexionemos, brevemente, este archivo.

La reanimación de esos rostros continúa lógicas visuales de este inicio de siglo. Sus variaciones registran estilizaciones en boga. Nótese: predomina lo retro.

Estos diseños tiene como regla transformar el retrato escolar y los rostros mayormente morenos en imágenes para circular en redes sociales. 

Entre la cara de los normalistas de Ayotzinapa y estas imágenes media la fotografía, la neográfica y el selfie (palabra clave del 2014). 

Pensemos en aquel video de los 132. En el 2012 fue cuando la estética del rostro joven mexicano post-mediático tomó esta relevancia. Estas dos series —el video de los estudiantes de la Ibero mostrando su credencial y estas ilustraciones de los 43 de la Normal de Ayotzinapa— participan de una sola estética. 

Comparemos la política del rostro del 132 y los 43 con la del EZLN, Anonymous y Occupy. Esa política está al centro del descontento global, y fluctúa entre encarnar el anonimato social hasta reivindicar el rostro liberal-individual.

Hay una lucha digital-facial en tiempos Hope-Obama y Tele-Peña Nieto, cuya base masiva temprana es la icono-retratalia a partir del email, chats, MySpace y consolidados por Facebook, Twitter e Instagram —la red social del 2014— y cierto diseño artesanal post-Photoshop.

Las ilustraciones de los 43 no se pueden entender sin la fotografía del normalista cuya cara fue desollada. Se oponen a esa pérdida del rostro, son intentos de convertir al otro criminalizado por el gobierno en un “compa” —otra p@labra del 2014— entrañable. Nótese la infancia, la Selección (de ahí lo exitoso del número de equipo) y la “banda” como comunidad imaginaria.

Estas visualidades acercan al cibernauta con grupos marginados. En la negociación se desdibuja color de piel y facciones para mirarlos a través de animación global. 

Otro peligro: detrás de cada reivindicación facial está Jesucristo.

“Humanizar” aquí significa algo a mitad entre caricaturizar y cristianizar.

Las ilustraciones de los 43 son una dignificación de los rostros morenos mexicanos —quizá como no había ocurrido antes— pero también un rediseño que los “humaniza” en el mismo grado que los caricaturiza y re-figura vía estética cool. 

Estamos ante un archivo visual que anuncia nuevas culturas juveniles mexicano-globales.