He abierto una nueva página para publicar textos: borderdestroyer.com
En BORDER DESTROYER estaré subiendo textos en línea e información sobre mis publicaciones en otros medios impresos y electrónicos.
Nos vemos allá!
H.
archivo hache
25/10/15
4/10/15
12/9/15
FIN DE ARCHIVO HACHE
La siguiente fue la última columna de "Archivo Hache", en suplemento Laberinto de Milenio. Apareció publicada el sábado 12 de septiembre del 2015.
* An English translation (by Guillermo Parra) can be find here: Venepoetics
* An English translation (by Guillermo Parra) can be find here: Venepoetics
FIN DE ARCHIVO HACHE
Hace una semana me
notificaron que esta sería mi última columna. En un principio quise despedirme
de los lectores con mayor extensión. Pero caí en cuenta que sería un error cerrar de un modo diferente al que con cada
semana unos pocos lectores me concedían dos minutos.
Periodismo es buscar la
verdad detrás de las mentiras que otros periodistas llaman noticias. Todo lo
demás es mercadotecnia.
Durante los años que duró esta columna, semana a semana busqué
diseccionar un sistema cultural regido por la corrupción y la farsa.
Describir todo tipo de
mecanismos de la Alta Transa Cultural (sus usos y costumbres) fue el tema
principal de Archivo Hache.
Soy el primer sorprendido en haber durado tantos años señalando a
dicha pseudo-mafia.
Por ser escritor literario,
quise que cada columna fuese un micro-ensayo aforístico (y pistolero, como mi
abuelo).
Ser crítico me ganó
enemigos. Casi todo ellos escritores y funcionarios.
También me ganó algunos
lectores. Desde mediados de 2012, abrimos un espacio para re-publicar las
columnas (www.archivohache.blogspot.com). Al momento de escribir
estas líneas, el blog tenía 230 927 visitas suyas e
igual número de agradecimientos míos.
En 1997 comencé a colaborar
en un semanario de Baja California y desde entonces he escrito periodismo
cultural sin parar. La siguiente semana, por primera vez en casi dos décadas,
no tendré la obligación de sentarme a escribir mi
pieza semanal para algún medio.
Escucharé las mismas
canciones pero esta vez no tendré que teclear nada. Será una tarde rara en
Tijuana.
Combinar periodismo y
literatura es combinar hoy activismo y performance. Hacer
de la estética una ética, es decir, desear que la belleza verbal
baile con la verdad analítica, sin que tengamos más mérito que poner una parte
de la música, y saber que, como estamos en México, no debe extrañarnos que el
baile incluya balazos.
Tratándose del fin de una serie, quiero consignar que en la fecha de cierre
de este fallido archivo, México estaba en una narcofosa, cavada, de nuevo, por
el Partido Revolucionario Institucional, aliado con el cártel de las
transnacionales.
Y cuyo aparato cultural (instituciones gubernamentales y empresas
afiliadas) quería retomar el control remoto de opiniones y redes, teclados y
pantallas, porque, en la realidad, el presidente mismo era un selfie en crisis
dentro de un informercial lleno de acarreados.
Atravesamos un tenebroso
túnel cultural. El control norteamericano-mexicano y la sociedad del
espectáculo han jodido los tejidos de la imaginación crítica, y diseñan
artistas y escritores encargados de dar una imagen de “civilidad”, “tradición”
y “novedad”, y de ningunear, silenciar y atacar
disidentes (y cambiar de tema).
Fui crítico hacia todas las
direcciones. Si a alguien no critiqué, le pido disculpas por el descuido.
Archivo Hache se ha cerrado. Cambio y fuera.
Archivo Hache se ha cerrado. Cambio y fuera.
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5/9/15
DE LA CRISIS A LA CRITICA
"Archivo Hache" es mi columna en el suplemento cultural Laberinto del diario mexicano Milenio. La columna de este sábado apareció el 5 de septiembre del 2015.
Sabemos que hay una crisis del arte y la literatura, entonces, preguntemos: ¿hay responsables? Si los hay, ¿quiénes son?
DE LA CRISIS A LA CRITICA
Sabemos que hay una crisis del arte y la literatura, entonces, preguntemos: ¿hay responsables? Si los hay, ¿quiénes son?
La mayoría de los artistas son aún peores
que los museos. Cuando un artista ataca a los museos (repitiendo clichés
vanguardistas), hay que preguntarle qué sería del arte si no fuese resguardado
por museos. Las únicas obras de arte que cuidan los artistas son las suyas.
¿Y qué obras suyas? Las que no han podido
venderse.
Concuerdo que los museos son casi un asco (cuando un niño o joven
acude, el museo queda momentáneamente redimido); pero sólo podemos enjuiciarlos
(como a galerías y especuladores) si al mismo tiempo admitimos que muchos
artistas son también nauseabundos.
¿Y la crítica? Recordemos esto: el ego
artístico fue construido por el mismo (in)mundo que construyó el super-ego de
los críticos.
Sin embargo, nadie en su sano juicio
podría decir que el arte es una mierda. Cualquiera que haya entrado en
prolongado contacto con el arte, sabe que uno de sus efectos es convertirte en
un militante contra del mundo del arte.
Es un gran enigma que a pesar de ser
material y espiritualmente hecho por artistas y cuidado por instituciones que
son un asco, el arte sobreviva a sus gestores.
Algo similar sucede con la literatura.
Los escritores, con mucha razón, denuncian a la academia (por escribir mal y
también ser una élite); ¿pero qué sería de muchas obras literarias si no fuesen
leídas en las universidades?
¿Quiénes son peores? ¿Los escritores que
sólo piensan en nutrir su ego o los académicos que usan a los libros para tener
un puesto? A la mayoría de los Humanistas sólo les importa su propio culo.
¿Y los lectores? A la literatura la
compran, consumen y, finalmente, ponen en sus estantes y los más posmodernos,
le toman foto y suben a sus redes.
A la mayoría de los lectores sólo les
interesa que los libros sean accesibles y baratos. Y si son libros
electrónicos, que sean accesible, breves y gratuitos; en suma, los lectores
piden que las obras literarias sean prostitutas espirituales de clase alta
(pero al alcance de su tiempo y bolsillo). Eso es todo. Next.
Los responsables de la crisis del arte y
la literatura, entonces, son los artistas y los escritores. La sociedad, el
Estado o el mercado jamás harán nada por el arte.
Somos los escritores y los artistas
quienes debemos hacer una autocrítica radical en este siglo para que no sea
erradicada la imaginación disensual.
Nosotros debemos encargarnos de la
crítica. Y debe quedar claro que esta crítica no debe ya ser sobre objetos
(“obras”), tal como quiso el capitalismo para saber qué productos estéticos
deben ser celebrados y consumidos por ser los más más bonitos, sino una crítica
de sujetos.
Pasar de la crítica de objetos a una
crítica de sujetos, por supuesto, entraña un peligro: reducir la crítica a la
moral.
Y un desafío tremendo: volver a la crítica estética una parte de la ética.
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29/8/15
EL ESCRITOR COMO ARTISTA CONTEMPORÁNEO
"Archivo Hache" es mi columna en el suplemento cultural Laberinto del diario mexicano Milenio. La columna de este sábado apareció el 29 de agosto del 2015.
EL ESCRITOR COMO ARTISTA
CONTEMPORÁNEO
Mucha literatura del siglo XXI será una rama del arte
contemporáneo.
Casi todo escritor tendrá quince minutos de
fama retro como artista visual.
El artista-escritor quizá tuvo su cima en
John Cage. Pero a partir de la transformación de la lectura y circulación del
texto en Internet, apareció el escritor-artista.
Primero el libro impreso y luego el texto
en general pasaron a la periferia de la forma literaria, y la imagen
fotográfica del escritor (su look) y
su producción audiovisual (video, performance, obras visuales, etc.) se
colocaron al centro.
Muchos textos literarios son ya gestos, ocurrencias,
divertimento u ornamentos semióticos. La estética se vuelve cibernética.
Al migrar de la literatura moderna al
arte contemporáneo, no sólo los objetos y sujetos literarios se modifican sino
también su función política.
Al imitar al arte contemporáneo, la
literatura aumenta su participación en la moda, el espectáculo, los medios y
las élites chic.
Con esta integración, se alcanza el pleno
reinado de la imagen dentro de lo literario.
Por ejemplo, no es ningún secreto que hoy
el ingreso y avance de una carrera literaria sólo ocurre cuando el look del
escritor o escritora es aceptable para las propias elites literario-mediáticas.
Además esta integración ocurre mediante
técnicas, perspectivas, géneros y medios que ya fueron utilizados por sectores
experimentales de hace varias décadas.
Ahora los escritores contemporáneos (mainstream)
plagian, despolitizan o ablandan recursos de colegas viejos o muertos.
Para poder ser moda, la literatura
contemporánea tendrá que imitar las artes visuales de hace 50 años.
Muchos escritores de España, Sudamérica y
Norteamérica (donde incluyo a México) están produciendo piezas que repiten
experimentalismos de los 20’s, 50’s o 70’s.
No hay experimentalismo actual que no sea
un refrito.
El paso de la literatura al arte
contemporáneo es una jugada retro, realizada para sabotear la destrucción violenta
del lazo del escritor moderno con el mercado. Para no dar este paso adelante,
el escritor opta por el retroceso: volverse artista contemporáneo.
Al refugiarse ahí aprovecha el incremento
del conservadurismo en el mundo del arte.
Los de por sí escasos elementos críticos
o revolucionarios de la literatura están siendo desactivados al ser integrada a
las artes visuales y digitales, dominadas por el neo-conservadurismo cool de
redes y mercado.
La entrada del escritor literario al arte
contemporáneo es parte de su rendición ante el capitalismo.
No nos engañemos, no se trata primordialmente
de una renuncia a un esfuerzo estético que ya no quiere alcanzar, sino que el
escritor se convierte en artista contemporáneo, sobre todo, para entregarse al
control de los poderes trasnacionales.
Para no ponerse al servicio de la
sublevación que viene, el escritor huye al arte que ya fue.
.
27/8/15
ULISES CARRIÓN Y ROBERTO BOLAÑO
En el Blog de Crítica, publiqué un texto titulado "Box, cruz y ventana: visualidades de Ulises Carrión y Roberto Bolaño", en que analizo algunas obras visuales de ambos, las relaciono y exploro el mundo en común que las construyo (y construyen...)
Leer el texto aquí: http://blogdecritica.com/visualidades-de-ulises-carrion-y-roberto-bolano/
22/8/15
ALFONSO REYES, LA PUTA Y EL PRESIDENTE
"Archivo Hache" es mi columna semanal en el suplemento cultural Laberinto del diario Milenio; la de esta semana apareció el sábado 22 de agosto del 2015.
…
Alfonso
Reyes, la puta y el presidente
Copio una entrada de Museo
del Chisme (Emecé, 2005) de Edgardo Cozarinski y después la comentaré.
“Entre 1936 y 1938, Alfonso Reyes fue
embajador de México en la Argentina. Notorio ladies man, el gran escritor y erudito se enamoró apasionadamente
de una actriz porteña, popularísima en el teatro de boulevard y que más tarde
renovaría ese éxito en el cinematógrafo. Don Alfonso no se ocupó de ocultar la
relación y aparecía a menudo en público acompañado por la burbujeante rubia.
“Para la diplomacia de la época, esa
desaprensión era censurable y el embajador fue advertido de su imprudencia, en
una conversación telefónica amistosa, por el ministro de Relaciones Exteriores
de su país. Observó la discreción pedida durante unas semanas y volvió luego a
su vida habitual.
“Una segunda advertencia llegó muy
pronto, en una carta adornada por mucho recaudo amistoso y efusivas expresiones
de respeto intelectual, y encabezada por un sello que la declaraba
‘confidencial’; la siguió un nuevo período de recato y un nuevo regreso a la
indolencia.
“Como en los cuentos más tradicionales,
un tercer, definitivo mensaje apuró la conclusión. Su forma habría sido la de
un telegrama como sólo un presidente puede enviar a través de los servicios
telegráficos normales: ‘La embajada o la puta. Cárdenas’”.
Cozarinski anota como fuente a Victoria
Ocampo en Buenos Aires (c. 1970).
Importa poco que esta (inexacta) historia
sea cierta o ficticia: es verosímil. Resulta creíble porque obedece a la imagen
que se tiene de los escritores mexicanos y su gobierno.
La historia también pide preguntarnos,
¿qué ha cambiado en la relación entre escritores, vida pública y políticos
mexicanos?
El primer cambio es que la literatura
mexicana ya no genera escritores de ese nivel técnico e influencia. Esta
pérdida de calidad (y notoriedad) ocasiona que el gobierno no tenga que vigilar
demasiado a los intelectuales.
Otro cambio esencial es que los
escritores protagónicos mexicanos ya casi no buscan la carrera diplomática. Las
embajadas han sido cambiadas por las becas y el pseudo-mercado. Sería muy
improbable que el presidente mandara un mensaje privado por Facebook a algún
escritor en Londres, diciéndole: “La puta o la beca. Peña”.
No obstante, hay cosas que no cambian.
Entre el mundo de Reyes y el nuestro, todo mudó menos esto: el escritor
mexicano no quiere perder la protección del mandatario.
Incluso cuando Paz dejó su embajada
siguió cobrando el sueldo y terminó sus días como refinado secuaz de Los Pinos.
El poder de la chusca historia de Reyes y
Cárdenas reside en que retrata el justo momento en que el escritor nacional
decidió que no volvería a recibir un mensaje de advertencia de ningún
gobernante.
Para tal fin civilizatorio, el
intelectual mexicano decidió que nunca más decepcionaría al presidente.
Pórtense bien, chicos.
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.…
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