28/12/13

EL 2013 LITERARIO MEXICANO

¿Qué significó el 2013 literario mexicano?

Si hay un nuevo protagonista es Juan Villoro, que institucionalmente ha sido colocado como la estafeta del intelectual mexicano protagónico, después de Paz, Fuentes y Monsiváis. Jorge Volpi (ahora) resuena cerca y Enrique Krauze es la sombra paceana sobreviviente.


Entre los escritores vivos consagrados hay tres figuras insistentes: Mario Bellatin, Élmer Mendoza y Guillermo Fadanelli. Pero la crítica señala menos entusiasmo por ellos que por los sucesores.

Las tendencias son claras. En poesía, Luis Felipe Fabre es considerado el mejor poeta mexicano nacido en los 1970. Fabre es repetidamente señalado como el nuevo portavoz de la tradición poética nacional mexicana.

En narrativa, los críticos llevan años coincidiendo en que las voces determinantes son Cristina Rivera Garza y Álvaro Enrigue, Valeria Luiselli y Antonio Ortuño, Yuri Herrera y Julián Herbert, Guadalupe Nettel y Alberto Chimal, Carlos Velázquez y Daniel Espartaco, Tryno Maldonado y Daniel Krauze. 

En la crítica, el autor que se colocó en los últimos años al centro fue Ignacio Sánchez Prado —ensayista nacional y académico mexicanista en Estados Unidos— cuya posición indica que será colocado como autoridad nuclear de su generación (nació en 1979). Otra referencia frecuente es Geney Beltrán Félix.

Otras autorías que recurrentemente aparecen en listas y menciones son, por ejemplo, Xavier Velasco, Luigi Amara, Rogelio Guedea, Luis Jorge Boone, Luis Vicente de Aguinaga, David Miklos y Rafael Lemus.

En el terreno de la academia (literaria) mexicanista dos nombres que aparecieron una y otra vez fueron José Ramón Ruisánchez y Oswaldo Zavala.

En crítica de arte, indudablemente, la nueva firma más influyente y discutida es Avelina Lésper, cuya posición anti-arte contemporáneo ha sido sistemática.

La institución de gobierno fundamental para la mayoría de los nombres anteriores ha sido el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, hoy al servicio de Peña Nieto.

Las revistas culturales mexicanas hegemónicas siguen siendo Letras Libres y Nexos.

Si hay tres editoriales que en el 2013 se reiteran como aquellas cuyas novedades mexicanas hay que adquirir son Anagrama, Sexto Piso y Almadía y, definitivamente, las llamadas editoriales independientes desplazaron a las transnacionales como referentes.

Los suplementos que en el 2013 influyen en el medio literario son Laberinto (de Milenio), el reaparecido Confabulario (de El Universal) y, algo rezagado, La Jornada Semanal (de La Jornada).

No elaboro esta lista a partir de mis gustos literarios; sencillamente quiero informar a los lectores de referencias regulares que la crítica, medios, instituciones de gobierno y empresas culturales consolidaron en el 2013 como representantivas.

En el 2013 ya hay un claro pre-canon. Anoto aquí los nombres.

22/12/13

LO MEJOR DEL 2013


* MEJORES LIBROS DEL 2013 (MEXICO)
Los mejores 20 libros mexicanos del 2013: Según Sopitas
Los más leídos por los mexicanos en 2013: Publimetro
Recomendaciones librescas 2013: Adriana Olvera
Las lecturas (nacionales e internacionales) de Braulio Peralta 2013 y su segunda parte
Las listas de tres editores (A. Ruy Sánchez, R. Villarreal y F. García Ramírez): Literal
Los más vendidos por librería Gandhi: Top 25
El Top Ten de Mónica Maristáin.
Doce libros favoritos de Alberto Chimal
Recuento de libros sampleados.com
Lista de diario La Razón
Los libros 2013 según David Ruano González
Los libros 2013 según Mijail Lamas
Top Ten según Playboy
La mejor narrativa (y ensayo) según Vicente Alfonso
La lista de Sergio González Rodríguez: Reforma
La lista de Julio Ortega publicada en Milenio


ESTADOS (Mexico)
Nuevo León (escritores nacidos en NL, varias épocas): NL

* OPERA Y DANZA
La ópera y la danza que marcaron el 2013: El Universal

MUSICA
Lista de Nexos: Hugo García Michel
La lista en Pijamasurf (Javier Barros)

* CINE MEXICANO
Las mejores 10 películas mexicanas del 2013: Top ten mexicano (Ernesto Diezmartinez)
Las mejores películas que vi en el 2013: Arturo Pérez Navarro
La lista de película en Pijamasurf (por Psicanzuelo)

* SUDAMERICA
Los libros del añ0 2013: Revista Eñe (Argentina)
Lista de Paniko (Colombia): Personajes y libros 2013
La lista de revista Tendencia (Venezuela)
Los mejores según Página 12 (Argentina)


* LIBROS (ESPAÑA)
Los 7 mejores  (El País en Aristegui)
Lista completa de El País (por género)

Los mejores libros editados en España: Estandarte
Narradores que llegaron para quedarse: click
Los mejores 10 según ABC
La lista de Vila-Matas Top-ten de escritor

* LIBROS (ESTADOS UNIDOS)
Según The Volta (esta lista me gusta) / Poesía
La lista del New York Times (en Libropatas o Aristegui)
La lista de New Yorker: click
Los 20 mejores según Publishers Weekly
Los mejores según Poetry Foundation (elegidos por el staff)
Según Vice
Según Johannes Goransson en Poetry Foundation: Felicidades a Dolores Dorantes!

* ARTE
Las mejores exhibiciones del 2013 según Art Forum

¿Tienes curiosidad qué se dijo en el 2012? Aquí aquellas listas, ¿cuáles sobrevivieron?: Listas del 2012

Mándame link de otras listas (lectores, escritores, blogueros, etc) para agregarlas; vía email: heribertoyepez@gmail.com o en twitter: @heriberto_yepez


20/12/13

LA HOMENAJITIS

A lo largo de este año he seguido con atención una serie interminable de homenajes que instituciones de gobierno han rendido a figuras culturales mexicanas. ¿Para qué tanta homenajitis nacional?

La homenajitis obedece a varias razones. Enumeraré algunas.

No se puede comprender la homenajitis sin recordar que, en general, gobierno, empresas y sociedad conservadora dependen de aseverar que no debemos abandonar La Tradición.

Un motivo poderoso para que Bellas Artes, Conaculta y decenas de institutos culturales mantengan un calendario permanente, obsesivo, de homenajes, es que homenajear a un escritor o artista lo estatiza. Un homenaje es un acto de oficialización.

El homenaje equipara poeta y diputado.

El gobierno encarceló a José Revueltas por izquierdista, pero una vez difunto, un gobierno de derecha puede homenajearlo, intentar así —quizá exitosamente— desdibujar o anular la índole crítica de su obra.

Y en un caso como Octavio Paz, escritor literariamente notable e intelectual que terminó alineado con el PRI —lo cual muchos desean no saber— la homenajitis que le espera en el 2014 —centenario de su natalicio— dañará su futuro.

En esos homenajes toda clase de oportunistas, funcionarios, superestrellas  y epígonos serán pagados, utilizados y beneficiados por la fiesta oficial.

Gracias a la homenajitis muchos miembros del gobierno y agentes culturales mejoran su imagen asociándose a figuras prominentes del pasado. Los homenajes se realizan gracias a redes de oportunismo.

Lo que el sistema escolar, los medios y las instituciones informan a la población no es suficiente para que muchos se percaten que la homenajitis abusa de la figura viva o muerta y, a largo plazo, la perjudica, asociándola con un sistema corrupto.

Otro factor: muchas personas reciben dinero en los homenajes.

La homenajitis cultural mexicana es una forma de integrar a los disidentes y destruir su oposición y, en el caso de quienes en vida fueron oficialistas o semi–oficialistas es una forma de cobrarles, y premiar la sumisión de sus herederos.

En el contexto cultural más amplio, la homenajitis sirve para mantener un clima de conservadurismo —Oh, La Tradición; Oh, El Pasado Grandioso— y quitar atención a la oposición (mayoritaria o excepcional) y, por ende, desdeñar el descontento social actual.

En el contexto mexicano, un homenaje tiene dos efectos inmediatos: 1) invitar a la población a idealizar una figura cultural y 2) asimilar gubernamentalmente un tótem, comprar a sus seguidores, apropiarse del mito.

La homenajitis es una de las tendencias más nocivas para la transformación que México necesita. Intelectuales y funcionarios no dirán que la homenajitis los mantiene en el poder.

La homenajitis es la firma —invisible e indeleble— que avala sus cheques, sus posiciones de lujo hoy y su destino de piedra, mañana.


13/12/13

LEMUS ABANDONA PACTO CON LETRAS LIBRES

Rafael Lemus denuncia que Letras Libres está “ocupada en censurar toda práctica de izquierda”. Pero si hubo una nueva práctica de ese grupo en el último lustro fue declararse de izquierda.

PhotobucketEnrique Krauze, director de la revista, dijo: “El camino debe venir de la izquierda” (Reforma, 21/3/2010). Su hijo, León Krauze, quizá fue el primer colaborador joven en anunciarlo: “Soy, pues, un hombre de izquierda. Y en México soy un huérfano político” (Milenio, 9/12/2009).

Uno de los legados de Ebrard fue hacer posible a una generación de intelectuales mexicanos decir que él y ellos eran de izquierda. El proceso viene desde el “liberalismo social” de Salinas.

Este 5 de diciembre, Rafael Lemus se declaró de izquierda. Lo hizo en carta abierta a E. Krauze para renunciar al consejo de Letras Libres y denunciarlo públicamente por censura.

El término es vago. Pareciera que Lemus dice que Letras Libres reprueba (censura) toda manifestación política o cultural de izquierda.

Pero líneas abajo acusa a Krauze de algo más: “Se me ha dicho que puedo expresar mi disenso —siempre y cuando no sea radical”.

Para los historiadores, esta carta es un documento que confiesa cómo se autocensuraba el grupo paceano.

Obviamente, en su carta Lemus omite recordar que por más de un centenar de colaboraciones y más de una década en Letras Libres, aceptó tal censura.

En la primera década del siglo, Lemus fue el vocero oficial joven de la crítica reaccionaria nacional. Por más de un decenio, usó su foro en Letras Libres para elogiar la estética hegemónica y censurar manifestaciones que la rebasaban.

Todo un acervo de artículos, reseñas, podcasts, etc., lo documenta.

¿Qué sucede hoy? Lemus abandona el barco que lo fabricó intelectualmente porque ese barco intelectualmente se hunde.

El grupo paceano está en crisis interna. Los miembros menos comprometidos con el viejo legado (y suficientemente ya capitalizados) hacen maletas.

La carta de Lemus es una cortina de humo para atribuir a Krauze lo que durante muchos años Lemus aceptó, incluidas la “censura” y las “cruzadas” contra los opositores de ese sistema.

Por muchos años, Lemus aceptó las reglas del juego: derechismo político y estético.

Una parte de la opinión ciudadana rebasó esa línea, la crisis interna creció y Lemus ahora busca otro puesto político, dice, en la “izquierda”.

La carta nos permite conocer directamente el contrato ideológico que mantuvo un colaborador duradero de Letras Libres con el sistema que lo fabricó y el modo en que busca conservarse diciéndose ya-no-conservador.

Lemus nos muestra que el intelectual ex-paceano teme que su sistema se caiga.

Leyendo los signos de los tiempos, ese intelectual se deslinda de su propia historia, de su propio génesis.

Como neo-progresista oficial, Lemus apuesta por un viejo par de valores: solapamiento gremial y desmemoria general.

7/12/13

LA CULTURA EN EL PRIMER AÑO DE EPN

Ha transcurrido el primer año del sexenio de Peña Nieto. Ya Salvador Novo esclareció que la cultura “alta” mexicana obedece a sexenios. ¿Cómo fue este primer año de Peña Nieto para esa cultura alta?

Las culturas populares mexicanas obedecen a procesos largos, regionales y mediáticos. Las culturas altas, de élite —como la academia, el periodismo, la literatura o las bellas artes—, en cambio, mantienen una estrecha relación con el gobierno en turno. Esto no lo aceptarán. Pero así es.

La estructura alta–cultural fue cuidadosamente diseñada por el PRI para depender económica y simbólicamente del gobierno. Programas gubernamentales y empresas influyen poderosamente en medios, letras, ciencias y artes.

Cuando Rafael Tovar y de Teresa recobró el cargo de presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), que fungió con Salinas y Zedillo, y le fue devuelto por Peña Nieto, el mensaje fue claro: reinstalar un sistema cultural priista.

Ya pasó un año del regreso del PRI. La cultura alta tiene ya un perfil. Como era de esperarse, la intelectualidad bajó (aún más) su nivel de crítica.

Si seguimos sus intervenciones en prensa e Internet, opinión mediática diversa y obras, es claro que los grupos intelectuales aceptaron las reglas del juego: callar, elogiar, simular, solapar, agacharse.

Las calles del país discrepan. Sur, centro, norte del país están en constante agitación desde los espacios públicos hasta las redes sociales. Si, como historiadores, hacemos un recuento analítico, estos años han sido de gran descontento popular.

Protestas, movilizaciones y todo tipo de explosiones urbanas y rurales no cesan de aparecer. La sociedad no está conforme. El bajo nivel de aprobación de Peña Nieto lo muestra.

Este descontento social contrasta con la conformidad de muchos periodistas, profesionales de opinión firmada, creadores e intelectuales, que parecen genéricamente felices del Re–PRI.

El discurso en las televisoras es aún más acrítico que con Fox y Calderón, que es mucho decir.

En grupos intelectuales, el escenario es peor. Pensemos, por ejemplo, en el principal órgano pro–oficial de la alta–intelectualidad, la revista Letras Libres, que en el periodo reciente pasó de ser una serie de prosistas estilistas convencionales a una serie de prosistas superficiales equis. Paz mismo, que murió priista, estaría enojado.

La intelectualidad mexicana oficial se ha mostrado incapaz de mantener una mínima actitud crítica ante el retorno del PRI, acaso porque le congratula y beneficia.

El balance del primer año alto–cultural de Peña Nieto le es favorable: mientras las calles hierven, la cultura alta se pavonea; mientras la sociedad civil protesta y reclama, la intelectualidad —muy de pie— aplaude.

29/11/13

¿PAPASQUIARO O ZAID?

La poesía de Mario Santiago Papasquiaro es más fea; la de Gabriel Zaid, más bonita. La poesía de Papasquiaro, sin embargo, es más novedosa: ninguna otra poesía mexicana se le parece. Causa molestia, risa, rechazo.

Zaid se parece a otras poéticas mexicanas; es un buen poeta convencional. Papasquiaro es un poeta no–convencional: defectuoso.

¿Qué es poesía? ¿Escritura que cumple y gusta a quienes esperan formas sublimes? ¿Escritura que rompe convenciones y gustará poco?

Históricamente la poesía ha sido ambas.

A muchos no gusta que eso sea la poesía. Elaboran fantasías en que la poesía solo es lo gustoso. ¿Lo otro? Infra, pseudo, no–poesía.

Aferrarse a gustos es aferrarse a berrinches.

¿Quiénes son los mayores poetas (en verso o no) de nuestras sociedades? Los que trabajan material popular con un grado suficiente (pero no excesivo) de nuevas técnicas estéticas. Shakespeare y Cervantes, Pessoa y Neruda.

La poesía de Zaid está hecha de palabras y formas de otros poemas y libros; la de Papasquiaro, de palabras y referencias callejeras, chilangas y contraculturales.

Zaid y Papasquiaro están lejos de ser poetas que la humanidad canonizará. Pero la tentativa de Papasquiaro se acercó más que la de Zaid a la poesía por la materia con la que trabajaba: el habla, lo bajo, lo nuevo, lo feo, que es la materia que poetizan los grandes poetas, como Góngora y Rimbaud.

La poesía de Zaid manejó pura materia ya literaria, ya precocida: poética porque otros ya la hicieron poética. Eufónico recalentado.

Ni la poesía de Papasquiaro ni la de Zaid me gustan. Me gusta la poesía de Lorca y la de Celan. Quizá, por encima de todo, Vallejo. Pero quizá me gusta porque fue uno de los primeros poetas que conocí y se quedó marcado en mi espíritu. Leerlo me exalta. Pero eso es solo un gusto personal. Nada relevante.

Como crítico, si alguien me pregunta qué poesía me interesa más ¿la de Papasquiaro o la de Zaid? Papasquiaro, evidentemente. Ahí se agita algo distinto, no logrado, lo larvario que me disgusta y disuade.

El éxito de Zaid en repetir patrones y vocabularios ya poéticos me parece menos poético que
el fracaso de Papasquiaro en convertir su nueva materia vulgar en poesía técnica o psíquicamente avasallante.

Schopenhauer tocaba la flauta. Pero al escribir era el más pesimista.

El crítico debe disfrutar a sus poetas favoritos; en unos pocos conocer el máximo potencial de lo poético hasta ese momento.

Pero al leer a los poetas de su propia época debe considerar aquello que no le resulta placentero, aquello que no corresponde a sus gustos, esa música que la tradición no le inculcó. Lo que su oído no aprobaría, el raro ruido de lo otro.


Los grandes poetas enseñan que la poesía puede ser un gusano. El crítico es aquel que logra separarse de sus gustos. El oro no es todo.

22/11/13

LA CRISIS DE LA FOTO

Todo lo que no quiere ser comprendido es fotografiado. El lenguaje global es fotográfico. Su pináculo es el selfie.

Si lo moralizamos —vanidad— o lo patologizamos —narcisismo—, equivocamos el rumbo; es aún más problemático.

Como tecno-religión, la fotografía parte de que lo esencial es lo personal. Esto sucede justo en una época en que teóricamente ya sabemos que el individuo es una ilusión.

La fotografía es el último refugio de la creencia en la personalidad y el individuo. Los autorretratos son lo moderno congelado.

En los rostros fotográficos lucen los valores más caducos de estas sociedades.

Casi toda la humanidad aspira a parecer una superestrella o un político al ser fotografiada. El lenguaje corporal fotográfico global encarna ideales del espectáculo.

La ruina fotográfica será conocimiento futuro, como hoy sabemos que la pintura perdió su aura.

La fotografía apareció por el fin del aura de lo Otro: lo sagrado o sublime. Pero con la fotografía se inauguró el aura de lo mismo: lo individual, lo realizado.

A la muerte de Dios siguió una foto con lentes negros.

La fotografía es la religión más penosa. Al contrario de otras, es casi imposible evitarla. Cada encuentro social exige ser fotografiado. La fotografía es el nuevo contrato social.

Lo reaccionario de un pic: la paradoja de que hay un ser verdadero brotando en una imagen estereotipada.

Si se critica la fotografía, la humanidad parece ofendida. Hay un alto nivel de identificación del ser global con su foto-imagen.

Todas las fotografías, en realidad, ya han sido tomadas. Toda foto es repetición de otra. Todo lo que aparece ahí ya está agotado.

No hay ya posibilidad de crear nuevos significantes o significados con la fotografía. Esto no significa que morirá: todavía serán tomadas trillones de fotografías.

Es necesario pensar fuera de la fotografía.

No hablo del cine o el video, que extendieron el dominio de lo fotográfico, le dieron movimiento. Imaginar se está volviendo una cámara.

A pesar de la firma, un texto pronto se muestra como impersonal, colectivo, inhumano. La fotografía, en cambio, facilita la ilusión de creer no solo en los individuos, sino, peor aún, en ciertos individuos admirables: la persona bella, rica, interesante, representativa, deseada, capturada, conocida, misteriosa, existente.

En la foto buscamos lo Importante, lo Personalizado, lo de Moda. Pero las fotografías, en realidad, ya no dicen nada. Ni las del porno, desastres o la NASA.

La civilización no ha podido renovarse. Solo re-produce sus versiones.

La fotografía es un sitio donde se manifiesta el estancamiento. Ahí quedarán grabadas las imágenes versátiles de una época inmóvil.

Pero entre gadgets, ya circulan fotos que se auto-desvanecen. El fin de la fotografía, lentamente, ha comenzado.

15/11/13

TRADUCIR ES DEMASIADO


Traducir puede ser un oficio intrigante. Aquí una minúscula lista de lo que traducir puede ser.

Traducir puede ser placentero. Si eliges una lengua que conoces bien y eliges un libro o autoría que te hechice, traducir será grato.

Traducir puede ser el crimen perfecto. Lo mejor es leer pero lo más tentador es escribir. Traducir combina ambos polos. Con el pretexto de dos idiomas, un traductor es alguien que escribe lo que lee.

Traducir puede ser la mejor contribución que un bibliófilo puede hacer. Culturas como las nuestras necesitan traducir muchas obras (desde literarias hasta científicas). Ya no deberían darse más becas para apresurar poesía, cuento o novela, y más bien solo becas para traducir.

Traducir podría ser el mejor sub–empleo que puede darse a escritores que comienzan.

Traducir puede ser ingrato. Traducir es mal pagado. Además, salvo las de libros exitosos en su lengua original, las traducciones casi no son reseñadas. Pero si cometes tres errores en trescientas páginas, eso puede cambiar. Si quieres que tu traducción sea reseñada, equivócate lo suficiente.

Traducir puede ser tramposo. Conozco escritores que han traducido cuatro poemas de Baudelaire y se dicen su traductor. Traducir unas cuantas páginas y anunciarte traductor es como escribir microrrelatos y presumirte novelista.

Traducir puede traicionar. Si el transcreador es un escritor de muchos recursos, la transcreación es un juego valioso; si es un transcreador común y corriente, el experimento no debe suceder. Es más difícil traducir bien que tener toda clase de ocurrencias para transcrear.

Traducir debe ser fiel a un texto que se ama en situación de poligamia.

Traducir puede tener una gran ventaja: hay miles de obras cuyos derechos ya son de dominio público. Muchas de ellas circulan en internet. Basta creer conocer bien dos lenguas, armarse de meses de paciente trabajo y otros tantos de impaciencia para sí terminarlo, para traducir un libro y contribuir a la educación de la humanidad. Seguramente nadie te lo va a agradecer.

Traducir es un puente directo a la crítica. Ocuparte de cada una de sus palabras, abre el camino a volverte uno de los expertos de ese texto. Traducir termina con un prólogo.

Traducir es maníaco. Si alguien que se dedica hoy a la literatura conoce más de una lengua pero no traduce, no ha enloquecido. Cuando uno lee autores extranjeros que le fascinan y sabe que otros no pueden leerlo, aparece un duende que lo obliga a uno a traducirlo.

Traducir puede definirse como el duende de compartir lo que no es tuyo pero quieres que sea de otros. Y, en todo caso, quieres llevarte el crédito.

Traducir ya lo están haciendo las máquinas. Pero las máquinas todavía no traducen bien. Traducir todavía puede ser demasiado humano.

9/11/13

IN MEMORIAM PEPE SORDO

El 22 de octubre murió Pepe Sordo, fundador de la editorial Aldvs. Su partida invita a reflexionar.

Gerardo González dirige Aldvs desde hace cinco años. Al preguntarle sobre Pepe Sordo, respondió: “Su padre fundó la Imprenta Aldina a principios de los años cuarenta. Pepe Sordo desde pequeño empezó a tomarle cariño a la impresión. Cuando su padre murió (1989), Don Pepe fundó Aldvs”.

“Don Pepe era un hombre muy culto, gran conocedor de ópera, de historia, de literatura. Tocaba el piano y era un lector maníaco. Le gustaba mucho ir al mar. Aldvs hasta hoy ha publicado 420 libros y él inventó todas las colecciones (excepto la de autores franceses)”.

En los últimos años, don Pepe sufrió una enfermedad que consumió su salud. La actual propietaria de Aldvs es Fernanda Sordo. Aldvs, por supuesto, seguirá.

Aldvs es una de las mejores editoriales independientes mexicanas. No ha recibido el apoyo ciudadano debido. Sus cientos de títulos y la gama internacional de autores la hace sobresaliente dentro y fuera del país. Aldvs apuesta por libros de calidad, aunque no tengan salida comercial.

Hace poco en Estados Unidos me preguntaban cuál era el fenómeno más importante de la literatura mexicana en el nuevo siglo. Respondí que, sin duda, no se trataba de la aparición de una obra o corriente sino de algo más interesante: el auge de editoriales pequeñas.

Sin este auge de micro-editoriales —entre las que Aldvs es protagónica— no se entendería la actual literatura mexicana.

Hay dos libros ya necesarios: una recopilación de testimonios de estos grupos y un estudio históric-analítico especializado. La partida de Sordo señala la urgencia de documentar y analizar estas historias personales y colectivas.

Se requiere registrar y explicar el rechazo de estos grupos a entender la edición como una empresa comercial. Así como pensar su compleja y agridulce relación con el Estado y los lectores.

No existiría un corpus asequible de poesía mexicana contemporánea sin la pequeña edición. Este hecho me parece tremendo, innegable y, en muchos sentidos, preocupante.

Lo mismo sucede con la traducción de obras literarias no comerciales. Las pequeñas editoriales mexicanas logran sobrevivir por apoyos del gobierno, ese mismo gobierno cuyas corruptas políticas educativas han destruido la posibilidad de la lectura en el país.

Están sucediendo demasiadas cosas en la literatura mexicana. Por eso el tipo de críticos y comentaristas que producen, por inercia, los grupos que llevan décadas monopolizando la cultura literaria deben ser reemplazados por nuevas comunidades ciudadanas que se hagan de la pluma y el teclado, el papel y la pantalla.

La siguiente prosa literaria mexicana debe ser una prosa contra ese sistema.

Esa nueva mentalidad crítica, por ejemplo, comprenderá la importancia de escribir una historia de los microcosmos personales y macrocosmos políticos de la edición independiente en México.

Venga pronto una historia de la edición alterna, minoritaria, codependiente o independiente en México, que —como lo exigen los tiempos— debe ser una historia no oficializable, una historia que no sea formada por el gobierno; una historia crítica.

Descance en paz, Pepe Sordo. Larga vida al apasionado esfuerzo de hacer libros a contracorriente.

2/11/13

¿COMO PUBLICAR TU PRIMER LIBRO?



El otro día alguien me emaileó preguntándome cómo publicar su primer libro. Le prometí pensar mi respuesta. Aquí está.

Si tu primer libro tiene potencial de ventas —es una novela de trama que atrapa y está bien escrita, aunque no necesariamente sea una obra de arte; o es un libro de temática interesante al lector general— ve a editoriales grandes.

No dejes el engargolado en la recepción o lo envíes por paquetería. Los editores están saturados de trabajo y desconfían de autores desconocidos. Se supone que un libro recibido debe ser dictaminado. Pero alguien puede abrir el paquete, hojear y echarlo al bote. Pide una cita breve.

Si tu libro no tiene potencial de ventas pero sabes que es interesante literariamente, prueba en concursos literarios que incluyan publicación.

Hay jurados serios que sí leen, discuten y eligen el que más les gusta, es decir, debes ser consciente que en un concurso todo depende del gusto de los jurados.

Si tu novela, libros de relatos o poemario está bien escrito y es tradicional, tienes probabilidades de ganar. Casi todo lo que llega a concursos está lleno de clichés y deficiencias técnicas.

Si sabes que escribes bien —tienes una imaginación o sensibilidad heterodoxa y tienes dominio técnico de la escritura— pero tu libro es poco tradicional en forma o contenido, tienes menos probabilidades: la mayoría de los escritores (es decir, de los jurados posibles) son tradicionalistas.

¿Editoriales independientes? No tienen presupuesto y prácticamente sólo publican a sus contactos. No están abiertas a propuestas de ciudadanos.

Piensa en esto: la mayoría de la gente en el mundo literario no sabe mucho de literatura. Paradójicamente, es más difícil encontrar un buen lector que un buen escritor.

Por eso no funciona la mayoría de los canales de decisiones literarias.

Pero siempre hay una minoría de lectores, escritores, editores e internautas que saben distinguir lo nuevo, lo interesante, lo bien hecho, lo sorprendente o, al menos, lo prometedor.

Si sabes que tu libro es interesante, autopublícalo. Esa es hoy la mejor ruta.

¿Autopublicarlo en Internet? Hace diez años Internet era alternativo; hoy es mainstream. Si quieres que circule, autopublícalo electrónicamente (como pdf basta) o en un blog, pégalo. Pero en Internet casi no se lee: se consumen textos.

Autopublícalo como libro impreso. Busca una imprenta local y prepara 200 ejemplares modestos.

No lo regales jamás. Intercámbialos y véndelos donde sea posible. Pero nunca lo regales, porque los libros de autores nuevos regalados son percibidos como algo que hay que desechar.

No pienses en los escritores mayores que tú. Pocos tienen interés en lo nuevo.

Si el libro que autopublicaste es interesante le irá bien. Deja que los lectores hagan su parte.

Ese es el único canal literario confiable: el libro que se recomienda de boca en boca. Esos son los libros que duran siglos.