El gobierno
apoya escritores, artistas (intelectuales)
según convenga.
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Salinas
creó un sistema para beneficiar intelectuales y beneficiarse de ellos. El PAN
necesitó diversificar el padrón intelectual para simular que era más abierto.
Creció
el número de becas, apoyos, instituciones, programas y burócratas para chupar
ese presupuesto.
Luego
el PRI regresó. Y quiere otro grupo con él. Prepara un nuevo padrón
intelectual.
Fue
inteligente. Decidió depurar.
El
padrón creado durante el PAN tiene muchos elementos anti–priístas. Este 2013
Conaculta ideó un recorte del 50% de los próximos integrantes del Sistema
Nacional de Creadores de Arte, la lista de “quién es quién”.
En
primera instancia, quiso interrumpir la continuidad directa de los miembros
actuales. Tras cierta protesta, dio marcha atrás.
Otra
medida para cerrar el círculo: borrar categorías de edad. Todos competirán
dentro de una categoría de supuesta “excelencia”, es decir, adhesión a los dos
o tres grupos intelectuales cercanos al gobierno.
Los
intelectuales oficialistas serán los grandes beneficiados. Recuperarán mucho de
la estructura que el PRI negoció con su líder (Paz).
La
jugada es sagaz. Aprovecha la impopularidad del artista y el escritor.
Y
reconcentra el poder cultural. Hará que en un país sin lectores, justicia o
posgrados, muchos intelectuales que han usado premios, becas y apoyos para
producir obra y carrera, salgan de escena. Se quedarán los mejor posicionados.
Quienes,
con veintitantos mil pesos mensuales —más del doble de la actual beca— tienen
un mensaje entrelíneas: tú también puedes ser recortado.
No se
elegirá a los mejores. Se elegirá, poco a poco, a las y los más convenientes.
Recortar
la mitad devolverá poder a los intelectuales allegados al régimen. Conaculta, a
ritmo prudente, beneficiará —como antes— al séquito, y tachará tendencias que,
efectivamente, debilitan la hegemonía.
Esa
concentración del poder cultural, por ejemplo, en literatura, es claro hoy.
Grupos intelectuales de la Ciudad de México e instituciones federales son
sinónimos.
Entre
los probables ganadores de esta vuelta de tuerca de la dictadura perfecta y la
Intelligentsia Sin Adjetivos está Enrique Krauze y todas las butacas que él
coordina.
El
régimen pide creadores desconectados del encabronamiento de las mayorías.
Figuras que luzcan bien en aparadores dentro y fuera del país.
Peña
Nieto está obsesionado con la imagen de su gobierno. Quiere que los intelectuales
no la dañen. Quiere que no hablen de problemas. E ironicen a los problemáticos.
El PRI
es astuto. Decidió hacer de los intelectuales un bonsai.
Jugada
maestra: cortar 50% de las ramas. Dejar únicamente un árbol chiquito. Y regarlo
muy bien.
Para
que, su Excelencia, el bon$ai, se quede
contento, envidiable, enanito.