1/8/15

¿QUÉ ES ENGORDAR UN TEXTO?


* "Archivo Hache" es mi columna semanal en el suplemento cultural Laberinto del diario nacional Milenio (México). La columna de esta sábado se publicó el 1 de agosto de 2015.

¿QUÉ ES ENGORDAR UN TEXTO?

A partir del El Aleph engordado de Pablo Katchadjian, ¿qué es “engordar” un texto?

Katchadjian tomó un clásico de Borges y lo interpoló: le sumó texto, lo “engordó”. Luego la envidiosa viuda (re-editora engordadora original) lo demandó por plagiarla.

Al revisar esa engorda, resalta su poca destreza. El libro de Katchadjian es floja ocurrencia: interpolar a Borges, sin que importe si esos implantes tengan sistema, deconstruyan, revelen, destruyan al original. Katchadjian, sencillamente, plantó texto.

Escribió Amir Hamed: “Todos somos Katchadjian”. ¡Cierto! No cualquiera es Borges.

Decía Vicente Mora recientemente que Borges engordaba a otros. Pero más bien Borges condensaba a otros. El procedimiento apropiacionista de Borges es justo el opuesto al de Katchadjian.

En Internet –y pronto en artists statements, ponencias o posts neoliberales (neolaborales)– “engordar” un texto se usa como sinónimo de apropiarlo, reelaborarlo, alargarlo. Pero esa definición es imprecisa.

En verdad, “engordar” un texto es un tipo de apropiación post-conceptual (sin constricción) que anexa implantes relajantes.

Engordar un texto es distenderlo, extenderlo para producir un alivio anestético que contrarreste la tensión estética del original. Borges era un artista perfeccionista, no admitía frase sobrante; Katchadjian, en cambio, introdujo texto dessestresante.

El lector de una “engorda” siente que la forma literaria comprimida original es convertida en una mula retacada. Aunque no tenga que leer la forma engordada, ríe satisfecho y tranquilizado del nuevo Borges barrigón.

En términos retóricos clásicos, la “engorda” de Katchadjian es bathos: transitar un texto de lo tenso a lo banal, de lo acabado a lo ridículo. En el caso de El Aleph engordado, transitar del humor metafísico al humor trivial.

Borges condensaba literaturas, las abreviaba; Katchadjian, a prosa condensada le agrega prosa grasa; democratiza despanzurrando.

El texto que Katchadjian agrega es menos técnicamente consistente que el texto de Borges. Por este plop, el lector obtiene placer de reescritura tipo comment.

Como otros géneros de escritura virtual, la “engorda” es una forma ansiolítica: alivia la ansiedad de la influencia borgeana y la angustia de que la nueva literatura deba ser tan técnicamente lograda como la previa.

La engorda es una relación retro en que se apropia y altera un texto ajeno para intervenirlo de modo que la ansiedad que produce el riguroso trabajo estético pretérito sea eliminada y el nuevo texto resultante produzca la sensación de un paradójico desinflamiento por hinchazón.

Nunca más leeremos a Borges igual.

El gran acto de Katchadjian no fue engordar el original, sino provocar que retornar a “El Aleph” de Borges produzca la incertidumbre de si estamos ante El Aleph después de la dieta, El Aleph anoréxico o El Aleph Photoshopeado.

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