9/8/13

GOLDSMITH Y EL IMPERIO RETRO-CONCEPTUAL

(Nota: Aquí abajo la versión en español; aquí la traducción de Guillermo Parra al inglés: http://venepoetics.blogspot.com/2013/09/goldsmith-y-el-imperio-retro-conceptual.html )

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Cuando alguien lee acríticamente a Kenneth Goldsmith pienso: necesitas informarte mejor.

Goldsmith es emblemático de la década de la guerra contra el “terrorismo”. Su obra consiste en aceptar y retransmitir (tal cual) lo que el poder emite, encontrarlo bello sin necesidad de leerlo. Usar ready-made como take-over.

Transcribe textos, hace libros de puro copy-paste, dirige ubu.com, su celebridad prospera. La “escritura no-creativa” ya es parte del canon que deseó.

Su innovación es cuestionable. Un ejemplo entre otros: Ulises Carrión hace un tercio de siglo hacía cosas que hoy abanderan norteamericanos.

Reiteran prácticas colonialistas. Vía manifiestos, antologías y membresías, borran o se apoderan de otras historias.

Su política atrae estudiantes, académicos, escritores y lectores indecisos entre lo consensual y lo arty. El conceptualismo es una manifestación cultural derivada de políticas norteamericanas expansionistas. Por eso la apropiación es su fundamento.

Su campaña de estrellato y empresa de capital simbólico usa look retro-frívolo como sistema de autodefensa.

Goldsmith en la Casa Blanca o Coldbert Report no es problema, sino su promoción de una conformidad “tonta”, cómplice del capital y las risas grabadas. Al despolitizar la escritura, quita empowerment a comunidades críticas emergentes. Su falla es ética.

Sus logros estéticos, medidos a escala internacional, pocos. No es conceptualismo sino pastiche de otros conceptualismos.

Vanessa Place o Goldsmith encarnan el expansionismo norteamericano y lo tornan buen gusto, refinamiento post-experimental, radical-soft.

Muestran qué sucede con escritura post-teoría crítica que elige abrazar al capitalismo y jactarse del twist. ¿Performance de posesión hegemónica? No. Eso amenazaría su click institucional.

Al negar su apología de la lógica capitalista y dejar abierta una supuesta ironía, máquina referencial o could-be role play, el retro-conceptualismo se desploma. Pudieron ser una denuncia performática pero quisieron espectáculo y aprobación, preferir el cinismo  a la crítica.

Andy Warhol perdió su filo. Un warholismo hoy en la literatura puede tener éxito en Estados Unidos o en países muy colonizados, respiración boca a boca entre élites blancas.

Al incrementar su adhesión a valores y poses cool conservadoras, en el Sur Globalizado su text appeal crece.

Nótese el tono exquisito de la voz de Goldsmith: crea una posición familiar a la hegemonía. La complicidad del conceptualismo aumenta conforme juega a las escondidas con las implicaciones de su programa.

Una oportunidad se perdió —si acaso existió— después de la Language Poetry: un repunte del izquierdismo en la poesía estadounidense. No sucedió. Love-Obama-tomía llegó.

Los propios Language perdieron credibilidad al alentar herederos de ideales reaccionarios.

El experimentalismo norteamericano se convirtió en joyería fina.