En mi balance breve de Rulfo en el 2013 decía
que pervive el disgusto paceano por Rulfo y recordaba un texto de Guillermo
Sheridan (Letras Libres, 2012) que dibuja a Rulfo como un patético
delirante que él llevaba a casa en “condiciones deplorables”.
Ahí Sheridan dice ¡transcribir! un relato de Rulfo sobre un caballo ciego y ridiculizado al que “ya todo le importa una chingada” y concluye que ese caballo era Rulfo.
Sheridan respondió a mi texto en El Universal (8/10/2013): “No tengo idea de cómo el lector profesional Yépez se las ingenia para leer ‘chismes y chistes cobardes’ en la evocación que hice”.
Lo cito: “[Rulfo] decía... cosas rarísimas, como una vez que dijo ante mí y Huberto Batis algo que anoté...: ‘Una vez, por allá, creo por Sayula, me llevé a una muchacha atrás de unas saponarias, me unté un dos de mentolato en la cornisa, y zum, nomás le hicieron los oídos’”.
Sheridan dice que esta “evocación” es “afable, emocionada y agradecida”, haciendo guiño irónico a quienes han leído esta burla a Rulfo y desinformando a quienes no.
Su réplica ilustra sus trucos. Sabiendo que mi texto critica que la mayoría de académicos no analicen seriamente a Rulfo, me llama irónicamente “profesor” y usa terminologías chistosas. Sheridan al escribir desprecia y tergiversa para sacar “risas”.
Sheridan caricaturiza. Falsea. Ejemplo: dice que llamo “colegas” a académicos cuando, en verdad, me referí a escritores, pidiendo que como tales repensemos lo literario. Una gran crisis social lo exige.
Otro falseamiento: para probar que Paz estimaba a Rulfo dice que en Vuelta y Letras Libres se le dedicaron textos.
Pero omite decir que algunos de esos textos buscan mermar lo rulfiano.
Sheridan escribe imaginando lectores que no cotejan; sin memorias o archivos. Sin historia, sus palabras parecen ciertas.
Juega a ser un bufón para “identificarse” con lo que llama “ignorantes”. Pero ese bufón letrado se burla, sobre todo, de los lectores.
Como sabemos, Sheridan se burla del populismo de López Obrador (su texto se titula “El compló de Paz contra Rulfo...”). Pero su réplica usa expresiones populistas como el “sencillo pueblo que tanto lo leemos y queremos” o “el verdadero compló contra Rulfo es” oscurecerlo “con palabrerío académico”.
Nótese: lo escribe irónicamente pero quiere que se lea literalmente.
El compló de los letrados consiste en identificarse falsamente con la población que desprecian, como queda registrado en su literatura neocolonial.
Prosa hipócrita, la bufonería letrada de Sheridan no es algo aislado. Su prosa exhibe el poder insultante de cierta retórica literaria en México.
Se trata de persuasión mediante sátira reaccionaria, prejuicios y desinformación acerca de otros.
Lo “literario” como mentira y desprecio vuelta gracia y estilo. Señorial Ironía.
Este proyecto busca mantener (hasta donde se pueda) unas Letras libres de crítica–lectura.
Con la muerte del patriarca, su poder
—petrificado y petrificante— se va desmoronando como si fueran un montón de
paceanos.