1/8/14

QUÉ SIGUE DESPUÉS DE NORTEC

Portada de la última producción del colectivo de Tijuana

Nortec anunció su fin. Justo en un momento de popularidad. La clave de Nortec fue mezclar música electrónica con música norteña de modo inteligente, emocionalmente entrañable y con un sabor tijuanológico-futurista.

Y su fórmula de difusión consistió en no necesitar a las televisoras y más bien mostrar que la música mexicana más vanguardista nació, se desarrolló y murió fuera del mundo del espectáculo. Nortec se difundió por clubes, tocadas, Internet.

En pocas semanas aparece su álbum de despedida (Motel Baja), su última gira y después el cierre total.

El colectivo no solo pertenece a la historia de la música electrónica mundial sino, particularmente, a las artes fronterizas mexicanas surgidas entre un siglo y otro. Nortec es un conjunto de artistas sonoros, como supo reconocerlo el mundo del arte.

Nortec fue partícipe de una fase intensa de renovación de la estética de Tijuana y culminación de la estética de lo híbrido-fronterizo. No es casual que el arte, diseño y literatura de Tijuana estén presentes en sus discos.

Su forma de arte, sin embargo, no solo fue comprensible para otros artistas, sino que consiguió ser una forma de arte disfrutada por miles.

Ante el anuncio del cierre, es fácil creer que han llegado al fin de su carrera, un error de percepción que solo es posible si hemos olvidado que ellos no fueron hechos por Nortec sino que ellos hicieron a Nortec.

Finalizar significa firmar la serie y reiterar su condición de artistas.

Para quienes participamos del experimento de producir las artes fronterizas, el fin de Nortec se une a la muerte de Rafa Saavedra, uno de los corazones de este proyecto.

Su decisión es una notificación del fin de un juego de reglas formales para crear estructuras artísticas —el agotamiento de su interés en la fórmula creada— y una provocación y aviso de una tercera etapa de su obra, porque ya tienen algo cocinándose o porque quieren sentir el vacío creativo.

Los artistas ponen fin a sus etapas. Muchos artistas trabajan por series, exploran configuraciones, técnicas y campos durante un periodo (que dura años o lustros) y pasan a otro. A veces la transición es abrupta o privada, mediada por una crisis o por un descubrimiento o incluso solo identificable en retrospectiva.

Lo que guía a un artista a abandonar una serie es el rechazo a repetirse, ya no encontrar algo nuevo dentro de esa serie.

Las búsquedas son siempre apuestas, separación del pasado inmediato, reflexión, laboratorio secreto, ruptura, un reto que el artista se pone a sí mismo.

Al artista le gusta experimentar sensaciones cercanas a la muerte y al renacimiento, que a veces llega, aunque no siempre, como sabe todo aquel que apuesta. 

Nortec fue un rito de pasaje. Ahora sigue la muerte simbólica, y esa zona en que el artista, si quiere renacer, debe atravesar el silencio.