El sitio marxists.org quitó
textos de Carlos Marx porque los editores reclamaron su copyright.
El website es el archivo
marxista digital más popular de Internet y Lawrence & Wishart, la casa
editorial inglesa que posee el copyright de las obras completas de Marx en
inglés, el principal opositor de la propiedad privada, ¡paradoja total!
Van a hacer un negocio para
vender digitalmente las obras a universidades, dicen y, por tanto, requieren
que dejen de ser propiedad colectiva.
Lawrence & Wishart, por
supuesto, fabricó razones para no ser vistos como pequeños cerdos capitalistas.
Quieren salvar su negocio,
alegan, aunque el negocio también fue impulsado desde la URSS, que buscó
divulgar las obras de Marx en muchos idiomas. Pero el programa editorial
soviético desapareció y Lawrence & Wishart y un socio neoyorquino se
quedaron con la edición en inglés.
Hoy Marx vive un auge mundial.
La crisis del capitalismo se agrava, y las ideas de Marx resurgen por todo el planeta.
Lawrence & Wishart no
quieren dejar ir esta gran oportunidad de vender a Marx, en nombre de la
propiedad privada y una supuesta intención radical.
En contraste, en su época Marx
consideró la publicación de El Capital
en folletines y promovió la circulación de sus obras.
Es paradójico que se re-privaticen
sus obras precisamente cuando resultan más necesarias y miles de personas
desean conocerlo (y otros miles ya las tienen en sus computadoras).
Fuera de las motivaciones
capitalistas de una editorial inglesa supuestamente “radical”, hay algo más en
juego: Internet ha popularizado prácticas electrónicas comunistas.
El concepto de propiedad
privada se ha deteriorado gracias a Internet, sobre todo en ámbitos como la
cultura. La circulación comunitaria de todo tipo de contenidos en Internet ya
construyó una nueva mentalidad, otra manera de entender la propiedad.
Eso no lo hizo Marx, eso lo
hizo la Red. Pero Marx lo pronosticó.
Y desde Google hasta la viuda
de Borges desean controlar este comunismo digital.
Tal vez los primeros comunistas
del siglo XXI son los primeros sorprendidos en serlo.
En lo que toca a la mercancía,
todos los libros —incluidos los de Marx— son burgueses y al entrar a Internet,
su burguesía es pisoteada.
Intentar recuperar ese viejo
mundo burgués únicamente resulta en Big Brother Wanna Be.
La pelea entre el comunismo
digital ordinario y el viejo modelo capitalista ya llegó al propio Marx. El
round ocurre en inglés.
¿Funcionará? ¿Se podrá re-privatizar
al Marx digital? ¿Podrá paulatinamente el capitalismo revertir la realidad
virtual del comunismo que recorre al mundo?
El capitalismo no quiere perder
a Marx. Pero en Internet, millones son ya virtuales comunistas. La lucha apenas
inicia.