11/7/15

LA VIDA DESPUES DEL BUDA PUNK

"Archivo Hache" es mi columna semanal en el suplemento cultural Laberinto del diario Milenio. La columna de este sábado apareció el 11 de julio del 2015.

* * A translation into English has been published by Guillermo Parra in his Venepoetics.


La vida después del Buda Punk

Si Disney prohibió el selfie-stick es porque ponía demasiada distancia entre el yo y el yo. Para que el sistema se clone, el yo no debe poner ninguna distancia entre Vil Yo y Vil Yo. Cualquier distancia amenaza con volverse crítica.

Esta época consiste en ocultar las verdades de Buda. Aunque el budismo sea un punto alto del pensamiento terrícola, queremos alegar que esa flecha nunca nos hirió.

La literatura contemporánea es un tour por parques de diversiones. En las literaturas experimentales, en la veterana gringa, por ejemplo, Burroughs y Acker ya no serían posibles hoy. Lo punk está ya prohibido. Ser escritor en la Era Facebook es Portarse Bien: Like! Like! Like!

Casi todo lo Millenial es detestable: fue diseñado por los medios. A todo lo que sucede reaccionan con una referencia al mundo del espectáculo. Cada cosa del mundo les recuerda a una película o un video.

En la literatura norteamericana experimental le llaman “post-conceptualismo”. En Latinoamérica y España, “regreso de la Crónica” o “autoficción”. En uno y otro caso, son fugas de lo que realmente seguía: la escritura como destrucción del yo, yo y yo.

Selfie, Networking, Retro y Hipster son las palabras claves de la globcult actual.

Seguían formas de escritura más allá del autor. Pero la Muerte del Autor fue reemplazada por el Escritor como Celebridad-Zombie.

Las literaturas del siglo XX llegaron a un punto de no-retorno y las literaturas iniciales del siglo XXI dieron el retorno. Vargas Llosa es el mejor avatar. Alguna vez fue un autor del Boom y hoy es una portada de ¡Hola!

El ojo morado de García Márquez lo prefiguraba: gracias al confesionalismo de las redes sociales todos seríamos Varguitas.

No hay cuenta de red social que no quiera ser ¡Hola! La noción de “obra” ha muerto por combustión espontánea.

El producto literario ha pasado a tercer plano. Lo importante es el “autor”. Y el autor es ya su pura imagen.

Lo más importante de los escritor@s actuales son sus fotografías. El libro es sólo el pre-texto. Lo clave es su nombre, es decir, su lugar en el networking. Das click: foto es todo.

Estamos en el primer momento de la historia de la literatura en que no importa que un escritor produzca obras. Lo primordial es que su imagen sea popular o, al menos, pivotal en alguna red literaria virtual.

Lo relevante es que se venda bien en Amazon o en las cadenas o, en el caso de l@s escritor@s sin éxito protegidos por alguna institución o clicka cultural, sus posteos tengan cierta relevancia en su red de Perdedor@s Privilegiad@s.

Nadie será ya Vargas Llosa. Vargas Llosa mismo no logró serlo. Pero todos pueden aspirar a ser una semi-estrella de un sector de la Red.

¿Y la literatura? La literatura se convirtió en una rama de la fotografía fantástica. La fotografía ha colonizado todos los medios.

El Buda Punk fue sólo un Sueño X. Tómate un selfie.