* "Archivo Hache" es mi columna semanal en el suplemento cultural Laberinto del diario mexicano Milenio. Esta columna se publicó el sábado 6 de junio del 2015.
* A translation into English can be found here: Guillermo Parra
¿Qué está pasando en la poesía norteamericana estos últimos meses?
Al contrario de poesías nacionales como
la chilena o la mexicana (que son unitarias, agrupadas en un solo campo
polémico), la poesía norteamericana está segmentada, principalmente, en poesía
“mainstream”, poéticas vinculadas a
identidades culturales y la poesía experimental (relativamente multicultural
pero dominada por blancos).
Dicha corriente experimental, por
continuar las vanguardias y posmodernismo del siglo XX, influye hoy a otras
literaturas nacionales “innovadoras”.
Y es tal sector el que está sufriendo una
gran crisis.
Hasta este año, el conceptualismo era su
corriente más conocida, imitada y respetada (dentro y fuera de Estados Unidos).
Pero en cuestión de semanas sus dos líderes (Kenneth Goldsmith y Vanessa Place)
cayeron en escándalos de racismo y gran parte del campo experimental les retiró
su apoyo.
Ya es obvio que con el 2015 finalizó el
auge conceptualista.
Pero la crisis no se limita al
conceptualismo sino que distintos agentes (grupos semi-anónimos, escritoras y
las redes sociales) extendieron el cuestionamiento, por ejemplo, a
instituciones como Naropa y Berkeley y a escritores como los L=a=n=g=u=a=g=e,
la vanguardia (post y anti-beatnik) ya canónica. Se les señala como cómplices
del dominio (y “demonio”) blanco-patriarcal del experimentalismo.
Esta gran crisis es fuerte debido a su
crítica al racismo y al hecho de que no es un grupo sino toda la estructura
metida en batallas (electrónicas) intensas, sin precedentes. Y esto sucede
dentro de una agitación social fuerte en Estados Unidos; es la crisis callejera
metiéndose a literatura gringa.
El desplome no es sólo estético (una
vanguardia atacando a otra para reemplazarla, como es usual internacionalmente)
sino que es una crisis ética, de credibilidad.
Por medio de peleas en redes, links y
rumores se han roto viejas alianzas y amistades. La red experimental se está
fragmentando por estas discusiones.
Como la historia de las vanguardias nos
ha enseñado, los efectos de esta crisis en la literatura experimental de
Estados Unidos van a sentirse pronto, de modo visible o simplemente
restructural, en otras literaturas, especialmente en Latinoamérica y Europa,
donde la influencia del experimentalismo norteamericano no ha parado de crecer.
Pero, súbitamente, el experimentalismo
norteamericano pasó de ser lo cool a ser lo racista; de ser una red con altos
niveles de concordancia interna a dividirse en guerrillas.
Todo indica que la crisis apenas
comienza.
Nadie sabe qué quedará en pie y qué será
rebasado, enterrado, lastimado, reemplazado o imposibilitado.
¿Estamos atestiguando el comienzo del fin
del experimentalismo norteamericano? Quizá.
Pero esto podría ir más lejos. O interrumpirse.
O extenderse a otras literaturas.
Las redes lo definirán.